dijous, 7 d’abril del 2011

Link pel curs "Intel·ligència Emocional" a la UOC: ESCRIURE PER SENTIR-TE MILLOR

Hola!

Aquí us passo l'article que us comentava sobre els beneficis de l'escriptura. Segur que podreu relacionar-ho amb els comentaris fets durant les sessions.

ESCRIBIR PARA SENTIRTE MEJOR Margarita Tarragona (Dtora. En psicología, coordinadora del diplomado de psicología positiva en la Universidad Iberoamericana, en Ciudad de México. Escribir sobre nuestros pensamientos y emociones es una herramienta terapéutica de primer orden. Los psicólogos especializados en esta técnica indican que no solo ayuda a superar las dificultades, también tiene efectos beneficiosos sobre la salud física y nos hace sentir mejor con nosotros mismos. Un recurso fácil y efectivo que puede llevarse a cabo con dos objetos totalmente asequibles: lápiz y papel. La palabra escrita está tan presente en nuestra vida que sus virtudes terapéuticas suelen pasarnos desapercibidas.Todos los que tenemos la suerte de haber ido a la escuela sabemos leer. Si estás leyendo esta revista, seguramente sabes escribir. La escritura es parte de nuestra vida diaria. No me refiero a la alta literatura ni a los concienzudos manuales de gramática, me refiero a la escritura cotidiana, a la que llevamos a cabo cada día casi sin darnos cuenta. Escribimos cartas o correos electrónicos, tomamos apuntes en las reuniones de trabajo o en la escuela, escribimos notitas de amor o recordatorios de cosas pendientes, la lista del supermercado… la escritura nos parece algo casi tan sencillo y natural como hablar y, por eso, a menudo olvidamos e incluso desconocemos el poder de la palabra escrita.


Hace muchos años, cuando era una niña, me impresionó mucho un anuncié que vi en el diario. Ocupaba una hoja del periódico y se trataba de un letrero con enromes letras mayúsculas que decía simplemente: “imbécil”, y debajo en letras muy pequeñas, se leía “La palabra escrita impacta, ¿verdad?”. Efectivamente, me impactó. A través de los años he comprobado que la palabra escrita tiene una enorme fuerza, para bien y para mal. Hoy en día existen numerosas investigaciones científicas que han demostrado que escribir puede ser una importante fuente de bienestar en nuestras vidas.


El psicólogo estadounidense James Pennebaker, especialista en los efectos terapéuticos de la escritura y profesor de la Universidad de Texas, lleva más de treinta años investigando. Originariamente se especializó en el estudio de los traumas y ya entonces se evidenció que quienes hablaban de sus experiencias traumáticas presentaban menos síntomas que quienes no lo hacían. El doctor Pennebaker estudió, entonces, si el hecho de escribir también podía ser terapéutico. En una de sus investigaciones pidió a lis participantes que escribiesen durante 15 minutos diarios durante 4 días. Organizó 4 grupos: al primero le pidió que escribiese sólo sobre tan solo sus pensamientos sobre una experiencia traumática; al segundo, que escribiese sus sentimientos entorno a los traumas; un tercer grupo tenía que escribir sobre sus pensamientos y sentimientos con relación a la experiencia traumática; y el último –el grupo de control-, sobre lo que veía por la ventana u otro tema superficial.


El doctor Pennebaker observó que las personas que escribían tanto sus sentimientos como sus pensamientos respecto de una experiencia traumática inicialmente se sentían más tristes, pero poco tiempo después, mostraron una marcada reducción (casi un 50%) de los síntomas físicos negativos. Estos resultados lo motivaron para explorar más ma relación mente y cuerpo con la escritura. Para ello realizó un estudio similar en el que se tomaban muestras de sangre a los participantes el día antes de empezar a escribir, al final del cuarto día de escritura y quince días después. Los resultados fueron sorprendentes. Quienes habían escrito sobre sus pensamientos y emociones tenían un número significativamente más alto de linfocitos T en la sangre; es decir, sus sistemas inmunitarios funcionaba mejor que los de las personas que no habían escrito sobre sus emociones e ideas entorno al trauma. Estos niveles de linfocitos T se mantenían a lo largo de seis semanas.


Existen otros estudios que evidencian que escribir puede ayudar a mejorar los síntomas de ciertas enfermedades. Por ejemplo, el llevado a cabo por el psicólogo Joshua M. Smith y su equipo de colaboradores de la Universidad Estatal de Dakota del Norte (EEUU). Los investigadores observaron que pacientes con asma o artritis reumatoide que escribieron sobre episodios traumáticos de sus vidas mejoraron de salud cuatro meses después de realizar este ejercicio. Paralelamente, los pacientes que habían recibido los mismos cuidados médicos pero no habían escrito no mostraron mejoría alguna.


El doctor Pennebaker también ha estudiado los beneficios de escribir entre estudiantes universitarios y en determinadas situaciones laborales, y siempre ha observado que las personas que escriben, bien sea sobre una tarea o sobre sus experiencias difíciles, tienen un mejor desempeño que quienes no lo hacen. El autor destaca que, resumiendo, el ejercicio de escribir puede aportar los beneficios siguientes: aclara la mente, resuelve traumas que interfieren en nuestras vidas, ayuda a adquirir y retener información nueva y permite resolver problemas; además, la escritura libre facilita la escritura obligada, es decir, que si tenemos que escribir un documento formal de trabajo, no nos costará tanto si antes escribimos libremente sobre el tema que sea.


¿Te están dando ganas de intentarlo? El doctor James Pennebaker ofrece consejos prácticos para quienes quieran practicar la escritura terapéutica. Busca un lugar y un momento tranquilo, lo ideal sería al final del día, antes de acostarte. Hazte la proposición de escribir un cuarto de hora aproximadamente durante cuatro días consecutivos. Puedes escribir sobre el mismo tema o sobre temas diferentes cada día. Escribe sin para, no te preocupes por mala ortografía. Si no estás seguro de lo que vas a escribir, el doctor Pennebaker propone hacerlo sobre algo que te preocupa mucho, algún sueño, algo que afecta negativamente a tu vida, algo que has estado evitando durante largo tiempo… Déjate ir y explora tus pensamientos y sentimientos. El doctor Pennebaker señala que, aun sin ser traumáticas, casi todos nos hemos enfrentado a experiencias difíciles o dolorosas y, por tanto, todos podemos beneficiarnos de escribir.


Escribir no solo ayuda a resolver dificultades, también puede ayudarnos a lograr nuestras metas y ser más felices. Laura King, profesora de la Universidad de Missouri (EEUU) ha observado que cuando las personas escriben sobre su “posible mejor yo” (describiendo un escenario en el que se sienten plenamente felices, haciendo lo que quieren hacer y siendo como desean ser) se eleva notablemente su estado de ánimo. Asimismo, las personas que escriben sobre sus metas, es mucho más probable que las logren.


Escribir este artículo me ha llenado de entusiasmo; espero haber despertado en ti la curiosidad por explorar y utilizar este recurso fácil, barato y que todos tenemos en la punta de los dedos.